martes, 29 de noviembre de 2011

En la memoria

Armando (sin apellido)

Canción Scorpions Follow the wind o algo asi.

No recuerdo muy bien su cara, solo se que tenia bigote, cabello rizado rebelde, largo y 25 años. Tengo la seguridad que no era feo, tampoco muy alto, pero curiosamente me quedaba a la medida. A mis 14 años, él era lo que yo consideraría amable, supongo. Lo que si recuerdo es una imagen, algo como un flashback de una película gringa. La escena va así: El y yo caminando por una avenida, el sol le daba en su cabello. De alguna manera veníamos escuchando esa canción de Scorpios -cuyo nombre no recuerdo- ¿A dónde íbamos? No se. Lo único que recuerdo es Armando volteando hacia mí, en el momento cúspide de la canción. Movía sus labios, supongo que cantaba. Recuerdo sus ojos negros y su piel blanca salpicada por el salvaje onduleo de su cabello, justo como lo describiría una novelista rosa. Pero la realidad es que el no tenia nada de adonis y yo mucho menos nada de damisela en desgracia.

Era una niña, ahora lo se, tampoco fue el amor de mi vida, ni si quiera mi primer amor. Jamás me toco, nunca me beso, pero no se por que tengo ese recuerdo tan vivido en la mente.

Después es borroso, creo que no era de aquí, venia por un congreso o algo y después se fue. Lo curioso es que alguna vez encontré fotos de ese evento, pero ninguna suya. Siguieron llamadas, creo que dos, una invitación a ir a su ciudad, luego nada. Nunca volví a saber de él, solo que cada que oigo la canción -que no recuerdo su nombre- su imagen siempre viene a mi mente

jueves, 23 de junio de 2011

Hooverphonic : Circles


Si un individuo no se mueve por voluntad propia, es movido por la sinergia del universo"
5:25 am

5:25 am?

5:25 am. Jueves.

Frente a un computador, temprano me instalé. No pretendía escribir, solo mirar como su reflejos inundaba mis ojos y destellaba sobre mis lentes. Hace mucho tiempo no me muevo, pero como en la física, el cuerpo que no se mueve por su propia voluntad, es movido por la sinergia del universo. Eso, ahora lo se, es un hecho. El único pensamiento es una pregunta: ¿Dónde estas?

5:25 am. Domingo.

Despierto, siento el destello de una luz amorfa en mis lentes.Esta vez no es un computador. El reflejo es diferente, destellante pero inconsecuente. Detecto movimiento y luces en esa gran pantalla blanca, por un momento todo es sordo, pero poco a poco el sonido comienza hacerse presente y mientras esto sucede una pregunta llega ronda entre la confusión y el silencio: ¿ Dónde estoy?

5:25 Miércoles

Otra vez, frente a una pantalla, de imágenes amorfas, pero esta vez es diferente. La distorsión no viene de la pantalla que esta frente a mis ojos cansados y enrojecidos, proviene de mi. Mis lagrimas nublan mi visión y bailan entre el movimiento rotatorio del autobús y la pantalla reluciente del televisor. Pregunta ¿Adónde voy?

No me he movido, en mucho tiempo, he fingido hacerlo y soy tan buena en ello que hasta me lo creo, pero no es verdad. No me moví, cuando te fuiste. Estabas ahí, a mi lado aparentemente estático, ni si quiera percibí que estabas llenándote en ese momento, tal vez no físicamente pero tu mente viajaba, alejándose de mi. No me culpes, hace mucho que no me muevo. Mi cabeza da vueltas a pensamientos fútiles, ideas inertes. Me convencí a mi misma que viajaba contigo pero no era así. Tenia miedo y el miedo paraliza.

No me moví, ni cuando desperté en ese coche en ruinas, solo sentí confusión. Más miedo. Miento; mis ojos se cerraron, para evitar el dolor punzante que las luces distorsionadas por el parabrisas estrellado provocaba en mi cabeza. Y mi tendón se rompió

No articule ni un musculo, después me subí a ese autobús. Solo miré tu silueta queda, parada en el anden. Tus palabras retumbaban en mis oídos. " Lo siento, ya no puedo seguir intentándolo". Perdón de nuevo miento. Mis lagrimales si se movieron, y mi corazón se rompió.

No me he movido en mucho tiempo, por voluntad, aunque creí que si. Las cosas y las personas a mi alrededor si lo hicieron y me obligaron hacerlo. Confieso, no por voluntad si no por sinergia. El tiempo pasa, las cosas cambian y la inmovilidad no es una constante del universo

Ahora mis dedos se mueven golpeando un teclado, sin parar. Me fui , yo también viajé. Pero eso ya lo sabes, tu me viste partir. Recuerdo ver una sensación de alivio en tu silueta queda cuando me aleje del anden.

Ahora sí me muevo. No sé para donde, pero lo hago, de verdad. Quisiera moverme a donde tu estas, pero tu borraste el camino.

Ahora sí me muevo, de verdad.



sábado, 19 de marzo de 2011

Primera entrada desde que retome ma voluntad

Primer mini caso de estudio del intitulado Manual de la mujer soltera o en su defecto: ¡Huye linda! Antes que te aplasten cual asfalto de carretera 4 caminos en día de elecciones

LOS HOMBRES GUAPOS

NOTA ACLARATORIA: estamos hablando de aquellos verdaderos especímenes que universalmente son considerados hermosos, por lo menos en más de 6 culturas. Como quien dice, los que entran en este concepto de belleza estética para su género, claro está. Quedan fuera todos aquellos conceptos de la belleza relativa. Por ejemplo: no porque una haya tenido la mala (o buena, según sea el caso) fortuna de encontrarse bajo el hechizo aletargador de Cupido y crea que el objeto de su afecto (lo que se entiende como el susodicho en cuestión) sea la cosa más preciada (ojo: no preciosa) del planeta, no significa que este espécimen entre en esta categoría. Porque no sé ustedes, pero a mí me ha pasado que por más galán de película de terror o eslabón perdido sea el objeto de mi deseo, gracias a la ceguera selectiva -síntoma inequívoco del amor- tiendo a verlos como el David de Miguel Ángel o, en su defecto, como a Johnny Depp.


INTRODUCCIÓN

Luego de un sesudo e informal estudio realizado a una muestra aleatoria de féminas cercanas a mí (amigas, compañeras de trabajo, primas, tías, madres, abuelas o cualquiera que se dejara y fuera mujer) descubrí tristemente que el principal problema al entablar un lazo afectivo con un espécimen al que llamaremos “Hombre guapo” es que él sabe que lo es.


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El hombre guapo llega a tu vida después de haber sido expuesto en incontables ocasiones a estímulos positivos reafirmantes acerca de su apariencia física (todo el mundo le ha dicho que es guapo, desde la chica del banco, las “amigas”, las compañeras. Hasta su mamá sabe que el producto de sus entrañas es divino. Volveré al punto de la madre más adelante, porque es una variable determinante en la peligrosidad de estos sujetos).

El resultado se magnifica si a ello se le suma una fuerte dosis de encanto personal porque, seamos sinceras: vivimos en una sociedad donde las apariencias, nos guste o no, si importan. Por eso es que estos individuos se convierten en el depredador perfecto, hecho que nos lleva a los siguientes cuestionamientos: ¿Qué hacer cuando nos enfrentamos a la posibilidad de conectar afectivamente (enamorarnos como bobas, en cristiano antiguo) de un sujeto así? ¿Cómo es que podemos manejarlo (o no salir tan afectadas)? Y sobre todo, ¿cómo manejar las implicaciones externas cognitiva-emotiva-sociales? Es decir, -de nueva cuenta en cristiano antiguo-: cómo apaciguar el instinto asesino que nos incita a aniquilar a alguna compañera de género después de haber recibido una de esas miradas homicidas, como preguntando “¿Y tú qué haces con él?”; no morir de celos cuando él se ponga “encantador” con otras en las redes sociales, en la calle o en la iglesia; practicar altas formas de concentración Zen cuando nos toque lidiar con la amada suegra o las cuñis, si es que hay; o la peor: lidiar con una falta de interés repentina de parte del sujeto.
En fin, en este mini caso veremos las atenuantes y cómo contrarrestarlas. Estén pendientes a la próxima entrega.